Estamos aquí para sanar

Suena extraño... pero pareciera que llegamos al mundo con una misión, la cual no se dislumbra con claridad, pero una vez que avanzan los años y "maduramos" es cuando se nos abruma la mente de mensajes. Mensajes que ya no nos dejarán vivir tranquilos si no les hacemos caso...

Algunos no vinimos a "madurar", tal vez también es parte de la escala evolutiva, pasar un rato divagando por esta tierra también será necesario para que el que está "maduro" vea su pasado y sea consciente de no entrar nuevamente ahí. Por que tentador, es...

A esta "madurez" es la que le llamo "abrir la puerta consciente"... esa que nos muestra el camino del saber, del saber sabiendo... de la sabiduría que permite profundizar el sentir, elevar el hacer, proclamar el percibir y constatar el anhelado estado de felicidad, sea donde sea, como sea, por lo que sea, con quien sea... es decir, felicidad incondicional.

Suena extraño, cuando la felicidad ya no es solo estar contentos y radiantes, si no también muy reflexivos y expectantes.

No, no es la felicidad un conjunto madre que abarca la trizteza, no... si no es que al elevarse a mirar los estados de tristeza es que ya el estado ya no es el mismo, ya no es tristeza, si no que se vuelve perdón, se vuelve análisis consciente de que los momentos pasan, la tristeza es reacción y si la tenemos a flor de piel cuando se da el caso, es que poco a poco la vamos visualizando como reacción y cada vez es menos durable, menos intensa, pierde fuerza, se aleja, ya no vibra para mi...

La felicidad no es reacción, la euforia si, la adrenalina, la excitación, la ansiedad también... pero la felicidad es estado de gracia. Y la gracia conlleva riqueza interior, energía pura y viva. Que al elevarla, la visualizo y la agradezco, la hago parte de mi, la integro, la profundizo... la quiero en mi.

Suena extraño, pero todo suena un poco extraño cuando no es hábito, cuando lo veo pero no cerca a mi alrededor, cuando me cuesta compartirlo, cuando parezco loca pensándolo, cuando me inquieta el vacío y mejor lo lleno con un hacer, con un tener...

No está demás el cuestionamiento, no está demás intentar compartirlo, no está demás trabajar en un mundo más amoroso, desde el ángulo que sea, donde sea, como sea, con quien sea...

Estamos aquí para sanar...